Si hay un músico que enaltece la comunidad musical de la Argentina y derrama virtuosismo y versatilidad artística en los escenarios de diversos continentes ese es Alan Denis D’Auria.
Con solo 28 años, el oriundo del barrio porteño de Colegiales viene posicionándose internacionalmente como uno de los mejores bateristas contemporáneos.
Al punto que, en la última edición de “NAMM Show”, la exposición más importante de la industria de instrumentos musicales del mundo, que se efectúa anualmente durante tres jornadas en la ciudad de Anaheim, California, Alan fue elegido por la prestigiosa marca de parches Remo para que la represente como “endorser artist” o embajador de la marca.
“NAMM es una vitrina única que reúne a profesionales, artistas y entusiastas de la música de todo el mundo. Significa algo muy especial para mí, porque me ha permitido mostrarme y tocar la batería para mucha gente, además de contactarme con otras personas del ambiente musical”, afirma orgulloso D’Auria, quien se cruzó en el evento con el afamado cantautor y músico estadounidense Stevie Wonder.
Desde la cuna, Alan demostraba su enorme inclinación por las notas musicales. Sobre todo, por la batería. Un instrumento que aprendió, primero, por las clases magistrales y lectura a primera vista de su padre, Oscar D’Auría, un reconocido profesor y eximio baterista. Y, segundo, por ver a Steve Gadd, el músico de sesión por excelencia, que ha tocado con celebridades, como Eric Clapton y el fallecido Chick Corea, poseedor de 20 premios Grammy.
Por entonces, el joven instrumentista fue por más, tomando clases en armonía y composición con Gerardo Gardelín, un músico de una prolífica carrera. Fruto de dichos conocimientos, Alan estableció un futuro brillante, pese a su asombrosa precocidad. Porque mientras cursaba la escuela secundaria, en los ratos libres, gestaba jingles publicitarios y se presentaba en festivales para bateristas adultos.
Un día Alan recibió su primera remuneración. “Mi primer trabajo profesional fue a los 13 años, en el hotel Hilton de Buenos Aires”, revela con nostalgia el percusionista que supo ampliar sus conocimientos en Segovia, España.
Debido a que su nombre comenzó a sonar en el ambiente, D’Auria fue convocado para efectuar giras nacionales, junto al cantautor español José Vélez, primero, y luego para tocar en las salas más renombradas de Capital Federal, como el Gran Rex. En esta última, para acompañar el show de Fernando Samartín. “En este majestuoso escenario fue la única vez que toqué junto a mi padre, quien me admira y siente felicidad porque pude hacer mi camino”, afirma el baterista que fue convocado a programas televisivos de gran encendido como el de Susana Giménez, en donde acompañaba a afamados cantantes.
Intercalando presentaciones en el exterior y en el país, Alan tuvo el privilegio de ser uno de los músicos que, en 2019, participó en la comedia musical “Fátima es mágica”, protagonizada por Fátima Flores, en la emblemática avenida Corrientes.
Debido a su gran capacidad de adaptarse a distintos géneros, el joven baterista se dio el gusto de compartir estudios de grabación, salas teatrales y set televisivos, junto a Miguel Zavaleta, Bodanny, Tormenta, Fernando Samartin, Mariu Fernández, la Orquesta Power Up, Sol Quintas y María Graña. Un compilado de sus presentaciones: https://www.youtube.com/watch?v=J9HE3gPvC5Y&list=RDJ9HE3gPvC5Y&index=1&pp=8AUB
Su pasión por el tango lo llevó a grabar un disco en vivo, junto al bandoneonista Walter Hidalgo. “Un sueño que tengo en mente, es tocar y grabar en Estados Unidos con mi grupo de tango fusión”, dice sonriendo D’Auria, quien no desaprovechó la oportunidad de presentarse en festivales de jazz de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Durante su fecunda carrera artística, Alan recibió reconocimientos de medios de comunicación argentinos, como Radio Vorterix y Radio 10. Así mismo, participó en el álbum “731 escrito está”, de Héctor Luis Amigorena, que recibió una nominación a los Carlos Gardel a la Música, premios organizados y otorgados por la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (CAPIF).
Un lustro atrás, cuando tenía 23 años, D’Auria logró ingresar como músico a uno de los cruceros de la empresa Princess Cruises, encabezando su propio cuarteto de tango-jazz. El desempeño llegó a oídos de los gerentes del Crucero Royal Caribbean, quienes lo alistaron en forma inmediata. “Arriba de él, me convertí en el baterista de la orquesta de shows de Broadway, del ‘Wonder of the Seas’, el barco más grande del mundo. Sin duda que, el barco me adiestró”, puntualiza el trotamundos artístico.
Al igual que su padre, D’Auria siempre se ha dedicado a la docencia en la escuela de su progenitor. “Siempre me interesó contribuir con mis conocimientos a las nuevas generaciones de bateristas”, destaca el percusionista.
Sabiendo que un sueño no se hace realidad en forma mágica; se necesita sudor, determinación y trabajo duro, el baterista argentino tiene un sueño: “me gustaría tocar con el español Alejandro Sánz. Fundamentalmente, porque me llega su música melódica”, concluye Alan D’Auria, quien aspira también a transformarse en baterista de “Toto”, la afamada banda de rock estadounidense.
Para saber más o interiorizarse sobre la carrera del reconocido baterista, consultar su Instagram oficial: @alan.dauria