LEO PRESTIA: DE TRABAJAR EN UNA MULTINACIONAL, A VER 11 VECESUNA OBRA DE ALFREDO ALCÓN Y DESCUBRIR SU PROFESIÓN

El director teatral y actor, que es hijo de una pianista argentina y un sastre italiano, aspiraba a recibirse de ingeniero industrial. Pero no pudo terminar la carrera (le faltan dos materias). De todos modos, los conocimientos universitarios le sirvieron para ingresar en una compañía multinacional. Con los años, la vorágine diaria y la exigencia mental, hicieron que se replantease la vida. Halló la paz y la vocación, cuando descubrió el teatro en la escuela de Laura Bove. Pero se afianzó, luego de ver 11 veces una obra protagonizada por Alfredo Alcón, quien terminó dándole sus sabios consejos. Hasta el 15 de noviembre pasado estuvo dirigiendo la 14° temporada de “Claveles rojos”, en el teatro El Ojo. Antes de la finalización de 2024 la obra fue declarada de Interés por la Legislatura porteña (la pieza teatral volverá a representarse en abril del año en curso.

Hay pequeñas situaciones en la vida que modifican el rumbo de la historia de las personas. Y si no que lo diga Leonardo “Leo” Prestia, quien aspiraba a recibirse y triunfar como ingeniero industrial, pero no pudo terminar la carrera universitaria (le faltan dos materias).

Sin embargo, todos los conocimientos le sirvieron para ingresar, primero, en una empresa de telecomunicaciones y, posteriormente, en una compañía multinacional, que le propiciaron buenos ingresos económicos.

Pero todo lo que brilla no es oro. Porque una mañana de un lunes lluvioso de invierno, la vorágine diaria y la exigencia mental por alcanzar mayor productividad, hicieron que pidiera auxilio al universo. “Luego de participar en una reunión de ventas, venía a bordo de mi auto con una carga extrema de estrés. Al detenerme en las vías que separa a Puerto Madero del resto de la ciudad, para que pase el tren, pensé: ‘salgamos de esta situación. Debo escapar de la rutina”, afirma Leo sentado a la mesa de un bar, en el barrio porteño de Boedo. 

Mientras revuelve el café, agrega que, después de ingresar al buscador del celularlo primero que apareció fue una palabra: teatro. “Abrí el link y me topé con una nota que le habían hecho a Laura Bove, haciendo referencia a su historia con Sandro. Al pie de la misma, decía que ella daba clases de teatro y había un número de contacto. Marqué y me atendió Laura. El destino estaba escrito”, admite el hijo de una pianista argentina y un sastre italiano.   

La pregunta de la actriz, dramaturga, docente y directora teatral (fallecida en noviembre de 2020) no se hizo esperar. “¿Para qué querés estudiar teatro?’ Sorprendido, respondí: ¡no sé! ¿Dónde estás ahora?, me preguntó. ‘Esperando que pase un tren, contesté’. Laura apeló al humor: ‘¡Tratá de no suicidarte! Cuando pase el tren, venite para mi casa’, me ordenó. Aunque tenía que ir a visitar un cliente, le pedí su dirección y fui. Me recibió sin estar producida”, relata sonrisa mediante.

Apenas ingresó a la casa/estudio, Leo respondió una serie de interrogantes disparados por la docente teatral. La última, por cierto, lo sorprendió. “¿Vos quién sos? ‘Y si lo vamos viendo con el correr de las clases’, le propuse. Laura puntualizó: ‘respuesta perfecta. Venite el martes’. Así lo hice. Me encontré con grupo de gente muy humana. Porque venía del mundo técnico, en donde había que dar resultados todo el tiempo”, rememora el artista que, luego de superar una muestra con texto, junto a sus compañeros, recibió el diploma.

A partir de ese momento, Prestia se envalentonó con la actuación. “Se me abrió un portal en la cabeza. Entendí que el idioma de las emociones es diferente al idioma intelectual. Es lo que hoy le digo a los actores: ‘este no es un trabajo para los mediocres y las personas comunes’. Y no porque las personas comunes sean malas, sino porque acá, podes subirte en un escenario si sos valiente”, puntualiza.

Aunque han pasado diecisiete años, Leo tiene muy presente una anécdota con Alfredo Alcón. “Mientras estudiaba teatro fui a verlo en ‘Muerte de un viajante’. En la obra de Artur Miller hay un momento en que toda la plantea se para para aplaudir. Hasta que Alcón pide ‘paren, porque tenemos que seguir’. Los actores retoman la actuación, pasan tres minutos y la gente vuelve a pararse y aplaudir. Todo eso, me impactó tanto que fui a ver la obra durante 11 veces consecutivas, en la sala Pablo Picasso, del Paseo La Plaza”, confiesa el actor y director.

Luego de otro sorbo de café, Prestia remora con lujo de detalles: “En la función N° 11, luego de caer el telón, Alfredo giró la cabeza y me señaló una puerta, como diciendo ‘vení al camarín’. Desde mi butaca, pregunté: ‘¿a mí, me estás hablando?’ ‘Sí. Vení al camarín’, insistió. Minutos después ingresé. Con cierto nerviosismo, lo saludé. Él, mirándome a los ojos, preguntó: ‘Decime una cosa. Yo veo todo desde el escenario. Hace 11 funciones que estuviste viniendo a ver la obra. ¿Por qué?’. ‘No lo sé. Pero necesito vivirlo una y otra vez. Necesito esta emoción’, respondí. De inmediato, me preguntó con quién estudiaba teatro. Al decirle con Laura Bove, no tardó en decir que era una amiga”.

Antes de partir, Alcón estrechó las manos y le brindó consejos. “Conéctate siempre con las emociones. No seas intelectual. El trabajo del actor es el más duro y el más arriesgado. Pero es el que más satisfacciones te va a dar’. De inmediato, salí del camarín, regresé a casa y empecé a poner en práctica esos consejos, que hoy lo tengo como ley de vida”, puntualiza.

Tras completar sus estudios de actuación con Bove, Leo se interesó por la dirección. Ella, al ver su interés, dijo: “cada director le da su huella digital”. Muy entusiasmado, el nieto de calabreses se volvió a poner a su disposición, formándose como director teatral.

Posteriormente, el ariano continuó su entrenamiento actoral con otros grandes maestros, como Luis Agustoni, Agustín Alezzo, Rubén Schumacher. “La primera línea de profesores de teatro de Argentina”, remarca Prestia, quien entre 2007 y la actualidad actuó en más de 20 obras.  

Aunque su primera experiencia como director fue en un escenario barrial con actores aficionados en una obra escrita por ellos mismos, Leo debutó profesionalmente en teatro El Tinglado, con “Muerte accidental de un anarquista”, del actor y dramaturgo Darío Fo. “La sala estaba totalmente colmada, había muchos críticos y tuve una de las mejores críticas de mi vida”, afirma con orgullo el talentoso actor y director, que luego siguió con “Carne de cañón”.

Hasta fines de noviembre de 2024 (viernes a las 20,30 horas), Prestia estuvo dirigiendo la decimocuarta temporada de “Claveles Rojos”, en el teatro El Ojo. “Cuando me llegó la propuesta, ya conocía la obra, porque había actuado en ella durante tres temporadas. Todo se inició antes de la pandemia, cuando se estaba representando en el Metropolitan, con dirección de Luis Agustoni. Un día, fui a ver la obra y se me ocurrieron ideas nuevas con respecto a la dirección. ‘Yo la podría hacer más teatral’, pensé cuando cayó el telón y regresaba a mi casa”, declara.

Tres meses después, recibió la visita de un protagonista, quien le dijo: ‘Luis no la puede dirigir más porque se enfermó. ¿Querés dirigirla?’. Le respondí que lo haría si el maestro daba la aprobación. Tras obtenerla, estrenamos mi versión en la sala Pablo Neruda, de Paseo La Plaza. Lamentablemente, Agustoni no pudo verla, a pesar de que le envié videos, mientras estaba hospitalizado”.

El oriundo del barrio de Palermo está muy persuadido de que si en otra vida, tuviera que pararse con su vehículo en un paso a nivel hasta que pase el tren, volvería a elegir la actuación. “Porque me sigo preguntando ¿para qué sirvo? Creo que la única respuesta es esta: sirvo para cambiar al otro, pasarle emoción. Hacerlo sentir vivo”, concluye feliz Leo Prestia por la noticia recibida antes de que concluyera el año último: “Claveles Rojos” fue declarada de Interés Cultural para la Promoción de los Derechos de las Personas con Discapacidad por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, merced a la iniciativa de los diputados Juan Manuel Valdés y Victoria Montenegro.

Para saber más del destacado director teatral y actor, visitar su Instagram: @leo_prestia